Laquis – Las Cartas de Amarna
Laquis, situada en el emplazamiento de Tel el-Hesi, entre la llanura costera y las tierras altas de Judá, fue una ciudad cananea y luego una ciudad israelita por más de 1.000 años. Una tablilla, una de las Cartas de Amarna de la administración egipcia a sus vasallos cananeos, descubierta en las primeras excavaciones en el lugar, la identificó como Laquis.
Laquis – La Conquista de Josué
La primera evidencia de habitación en Laquis proviene del 1700 a.C., en donde se descubrió una ciudad cananea de la Edad de Bronce Media fortificada con un gran muro. La siguiente ciudad data alrededor del 1500 a.C., según hallazgos de escarabajos egipcios, en donde se encontraron restos de un horno de hierro, haciéndolo uno de los ejemplos más antiguos de este tipo de metalurgia. Esta ciudad probablemente fue también la ciudad que Josué y los israelitas conquistaron en Josué 10.
Laquis – El Imperio de Salomón
La siguiente mención de Laquis proviene de 2da de Crónicas 11:9, cuando Roboam, el hijo de Salomón, hizo algunas edificaciones en Laquis, y luego en 2da de Reyes 14, cuando el rey Amasías huyó a Laquis para escapar de una conspiración, pero fue capturado y muerto.
Laquis – Los Asirios y los Babilonios
La evidencia más interesante y convincente de Laquis proviene, sin embargo, de los siglos VIII y VII a.C., cuando atacaron primero los asirios, y luego los babilonios. Laquis parecía ser un popular punto de ataque, debido a su posición estratégica como ciudad protectora en la ruta a Jerusalén. La ruta más fácil a Jerusalén, situada en las tierras altas de Judá, es un sendero al este, comenzando desde la costa mediterránea. Laquis protegía este sendero a través de los pasos de montaña, y por esto estuvo muy involucrada en las conquistas asirias y babilónicas. Alrededor del 701 a.C., los asirios, bajo el mando de Senaquerib, atacaron el reino de Judá, sitiando a Laquis, entre otras ciudades.
Laquis – El Prisma de Taylor y los Relieves de Laquis
El Prisma de Taylor registra parte de esta conquista de las ciudades de Judá, pero aún más ilustrativos que el sitio y la conquista de Laquis son los relieves de Laquis, encontrados en Nínive y en exhibición en el Museo Británico. Los relieves muestran en detalle el sitio y la batalla entre los asirios y los judíos, la eventual victoria de los asirios, y la captura de los judíos en Laquis. El lugar también contiene mucha evidencia arqueológica de la batalla. Aparte de una capa de destrucción en el lugar de alrededor del 700 a.C., cientos de puntas de flechas asirias fueron encontradas en excavaciones de la capa de destrucción, y también fueron descubiertos aproximadamente 1.500 cráneos en cuevas cerca del lugar. Las excavaciones también revelan que los asirios construyeron una rampa de piedra y tierra hasta arriba del muro, la cual permitió a soldados subir por la rampa y entrar a la ciudad. En la actualidad, la rampa puede ser vista en el lugar y en los relieves. Muchos sellos LMLK ("propiedad del rey") también fueron descubiertos en vasijas en Laquis, fechados y asociados con el reinado del rey Ezequías, a finales del siglo VIII y principios del siglo VII a.C. Estas vasijas LMLK también han sido encontradas en numerosos emplazamientos israelitas de la Edad de Hierro.
En el siglo VII a.C., los babilonios se habían convertido en el poder dominante del antiguo Cercano Oriente y realizaron una campaña contra los rebeldes de Judea.
Laquis – Los Ostraca de Laquis y Su Derrota Final
Para llegar a la capital de Jerusalén, Laquis tuvo que ser derrotada una vez más, ya que protegía el camino. En la capa de destrucción babilónica, fueron encontrados los ostraca de Laquis. Son una serie de 21 cartas escritas en tinta negra en pedazos rotos de alfarería, describiendo las condiciones a finales del siglo VII a.C., poco antes de la conquista babilónica de Jerusalén. La mayor parte de las cartas son escritas por Hosha'yahu, un oficial militar que estaba al mando de una avanzada cerca de Laquis, a Ya'osh, el comandante militar en Laquis. Describen la situación en Judá poco antes de la caída de Jerusalén en manos de Nabucodonosor, y también corroboran el relato de Jeremías con respecto a Laquis como una de las últimas ciudades a caer en manos de los babilonios antes del sitio de Jerusalén. Ellas también mencionan una advertencia de "el profeta," una misión diplomática a Egipto, y a una conspiración (cf. Jeremías 37:5 y 38:19). Las cartas, aparte de ser extremadamente importantes históricamente, son invaluables para el estudio adicional del antiguo hebreo, ya que el cuerpo de documentos hebreos de esta era es extremadamente limitado, así que cada nuevo hallazgo puede contribuir significativamente a la comprensión del hebreo antiguo.
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